viernes, 10 de julio de 2009

APRENDER QUE TODO ES EFIMERO



He aprendido que finalmente todo es transitorio, fugaz. Que todo es efímero.

Por ello, disfruto de la vida como en una eterna primavera.
Dejo que los rayos de sol acaricien mi cara, que el viento meza mi existencia, que la sonrisa tenga la ternura de un febril corazón.

Sacio mi hambre, con el dulce fruto que germina hoy.

Recompongo mi alma, encauzo mi existencia, antes que venga el crudo invierno, con su viento airado y cubra de nieve las hermosas cumbres, que hoy escalo.

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