Mi admirado Antonio,
Tu que me hiciste tanta compañía en las largas, grises y frías tardes del los inviernos de mi vida.
Nunca podré agradecerte suficiente, haberme llenado el alma de canciones. El haber puesto letra a mi existencia.
Sin saberlo, ayudaste a moldear mi corazón, me enseñaste a nadar en la melancolía, a parecerme compañera la bendita nostalgia.
Dejo aquí mil humilde tributo.
”Hoy he de navegar y descubrir
el sabor a sal del mar,
en la cresta de qué ola dejé mi silla de montar
Al abrigo de una piel curtida,
arropado por la experiencia de una vida
como aquel palillo que flotara
en un inmenso océano que alguna vez lo maltratara,
que nunca hundiera ni guiara…..”
ANATOMIA DE UNA OLA - 1998
Antonio Vega Tallés, 16/12/1957 – 12/05/2009 DEP
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