Tras cada amanecer deambulo por mi existencia, recalando en puertos de almas inconclusas como la mía.
Actúo sin reparar, sin reflexión previa, en lo que lo ejecutado, terminará ocasionando en aquellos que se cruzaron en mi camino.
Unas veces, con la soberbia de pensar que somos capaces de moldear caracteres, de influir conciencias.
Las otras, con la inconsciencia de no reparar, como una pequeña sonrisa, una llamada en el justo momento, o una mala palabra, cambian, influyen, trastoca el alma del cómplice que recibe lo que proyecta nuestra acción.
Si he de medir acciones lo haré mirándote a los ojos.
Subestimamos el poder de nuestros actos. Reparo en ello a diario.
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el poder de nuestros actos....
ResponderEliminara mi me gusta que mis actos tengan poder....jejeje
un besote.