Unos ojos negro azabache han clavado su mirada en mí.
Sonrisa picara, pelo pincho alborotado y de cara angelical. Unos grandes chorretones
rojos alamparando la ya de por si desvencijada camisa, producto de lamer con ansia una piruleta de fresa. Bendita su inocente alegría, lejos de miserables prejuicios, insustanciales diferencias raciales.
Es moreno guapo, es gitanito. Como mi Manuel.
He sacado de mi bolsillo unos caramelos, y extendiendo la mano se los he ofrecido. Que alegría, como le brillan esas pupilas negras sobre fondo blanco anacarado, cuando ha visto mi presente. Nada como la alegría de un niño.
Sus palabras cuando nos hemos despedidos han sonado como la música que alegre retintinea en mi cabeza. Como el aire de montaña que inunda mis pulmones. Como el sol de octubre que se resiste a la llegada del invierno.
Payo, con Dios y que el se lo pague.
Hoy la vida se viste de largo y estoy invitado a la fiesta.
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bonito texto el de hoy
ResponderEliminarme ha gustado mucho....
me invitas a la fiesta a mi también?
Quien visita mi atalaya, está invitado a la fiesta.
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