viernes, 18 de septiembre de 2015

VOLAR NO ES DIVERTIDO

Recuerdo como si fuera ayer la primera vez que volé en un avión: Viaje fin de curso a Mallorca con el colegio.

En mi memoria y claro como el agua, está aun esa noche, como al acercarnos por la autopista al aeropuerto y desde muy lejos, brillaban sus luces, iluminando las aeronaves aparcadas en las pistas. O el descender a la carrera por finger de acceso al avión como si accediéramos a una nave espacial y que tristemente para todos aquellos niños, no los cortaron a media bajada.

Si cierro los ojos, noto el vaivén de la destartalada jardinera zigzagueando entre los aviones, y subir las escalerillas de acceso al avión como tantas veces había visto en el cine. Ya dentro, sus estrechos asientos y sus “sorprendentes” mesitas plegables; las azafatas y las mil llamaditas al timbre para que vinieran.

Y por fin, la velocidad del despegue, la cena gratis total que nos sirvieron y que me pareció riquísima, o Vacilar con los compañeros sobre el mito de hacerlo en el cuarto de baño. Pero entonces todo eran excitaciones por las novedades. También aluciné el primer día que monte en el metro, o el que día que entré por primera vez en un McDonalds. Juventud inocente, bendito tesoro.

Hoy, después de un incontable número de vuelos, me rebato a mí mismo y a mi memoria que volar no es divertido.

Y no, nos es que sea un “melendi” y me de pánico volar. Y eso que sustos que contar tengo mil. Aun me duele el tremendo chichón, al dar con la cabeza en el porta equipajes, tras una supra turbulencia llegando al aeropuerto de Mahón en Menorca unas vacaciones de aquel ya olvidado verano de 1990, ojo cinturón de seguridad abrochado y todo. O una hora con todos sus minutos de "botes" en un vuelo a París una mañana de febrero de 1992. O los gritos descompuestos de un bebe, sintiéndonos aplastados por la presión en los oídos de un vertiginoso descenso, llegando en 2008, en una fría noche de noviembre a Barcelona.

Pero no, no es eso. Es hoy, es el momento presente, camino del aeropuerto de Alvedro en la Coruña, empezando el regreso a casa tras una larga semana de trabajo.



La previsión climatológica es de esas, de las que ahora nos acojonan con el término "ciclogénesis explosiva", por lo que preveo que vas ser un divertido vuelo de sustos y rebotes, dolor de oídos y sin poder levantarnos del asiento.

Y si, podré parecer uno de esos chulitos de traje y corbata sabiondos y resabiados de aeropuerto, de los que sabemos que “lo tenemos todo controlado”, y que miran por encima del hombro, a los que se ve a la legua que vuelan por primera vez. Pero es que para mi desgracia, he llegado al control de seguridad del pequeño y coqueto aeropuerto, justo después de dos autobuses del “inserso” repletitos de abuelos destino de Benidorm.

Ríete de las Termópilas, flipa la batalla que tienen los de seguridad con ellos, requisando dentro de los tremendos bolsos de abuela, que más que equipajes de mano, parecen los baúles sin fondo de la Piquer, bocadillos tentempiés de un oloroso chorizo gallego envueltos en el chivato papel de plata, todo tipo de recipientes que supuestamente contienen agua e infinidad de artilugios varios, como navajas y cortaúñas. Mención aparte, la dantesca imagen de ver a dos abuelos con los pantalones por las rodillas, tras ser obligados a descalzarse de sus recias botas y quitarse el cinto.

Cuando hoy consiga llegar al control, igual ya estoy jubilado también.

Y por si fuera poco, el vuelo sale con mucho retraso acumulado. Es la hora programada de embarque y el avión ni siquiera ha llegado hasta aquí, en su vuelo de ida.


Hoy llegaré a casa a Dios sabe qué hora.

Dedicado a los que no han volado nunca....

martes, 15 de septiembre de 2015

DISCUTIR

Yo y mi preciado tiempo. 

Discuto con el portátil por que el correo electrónico no termina de cargarse. 

Discuto si tarda 5 minutos en contestarme un WhatsApp. 

Discuto con el taxista pelotudo que tarda tres minutos en despachar a un viajero y se para justo delante de mi parando el tráfico y cortando la calle por la que transito. 

Discuto en el supermercado con la señora que con el carro lleno de compra, no me deja pasar delante y pagar mis dos míseras barras de pan. 

Discuto con el conductor del camión de la basura que tarda un mundo en arrancar tras vaciar los contenedores. 

Discuto con la inepta de delante que tarda tres segundos en arrancar cuando el semáforo se pone en verde. 

Discuto con el tren que viene con dos minutos de retraso, al pasar por delante de mi en la estación.



Tengo que hacérmelo mirar, tengo que volver a estar de vacaciones.

miércoles, 9 de septiembre de 2015

CALIFORNIA ME ESPERA

Un año, un año esperando este día. 

Ha sido un largo camino hasta llegar a hoy. Primero el idioma. 

Seis meses de curso intensivo, fundamentalmente técnico. En agrónomos nos enseñaron ingles, pero los tecnicismos y las nuevas técnicas había que aprenderlas.

Luego los formalismos. Pasaportes, visados, permisos, etc... un sinfín de burocracia que ha retrasado el viaje hasta en dos ocasiones. 

Más,la vivienda. Elegir el lugar, ni demasiado cerca del trabajo para poder desconectar en las horas de ocio, ni lejos de nada para poder aprovecharlos. 

El coche. Imposible, de todo punto imposible tenerlo cerrado desde España. 

Incorporado al destino, será lo primero que adquiera. Hoy se cumple un sueño, trabajar como enólogo en las bodegas Robert Sinskey en el valle de Napa.

Estoy en el aeropuerto, ya he facturado. California me espera.


 bodegas Robert Sinskey - http://www.robertsinskey.com/


lunes, 27 de julio de 2015

UNA IMAGEN VALE MAS QUE MIL PALABRAS

Es sabido  que una imagen vale mas que mil palabras y hay momentos en los que el silencio no es mejorable. Traigo al blog cuatro instantáneas realizadas el 25 de julio en Somolinos, provincia de Guadalajara.






viernes, 10 de julio de 2015

MALDITOS BASTARDOS

El que espera desespera. 

Los nervios atenazan mi estomago, ni siquiera he podido cenar.

En estos últimos minutos he mirado al menos cien veces el teléfono por si me llamabas, esperando cada vez que miraba, que así hubiera sucedido.

Tener noticias tuyas, saber de ti, qué te pasa, que está ocurriendo, hablar contigo es algo que se ha hecho imprescindible en mi vida cada día.

Por fin suena el teléfono.

Corro el pasillo de casa a toda velocidad y me abalanzó sobre el terminal.

Ha sonado solamente cuatro veces, escaso diez segundos, pero me han parecido eternos, pensando en que podrías colgar si no llega a descolgar el teléfono.

"Si, dígame" me sale temblorosa la voz, esperando tu respuesta al otro lado.

"Le llamo de su operador telefónico".

Aplasto el teléfono contra su base cual jugador de baloncesto machaca la canasta y desde lo más profundo de mi sale un “malditos bastardos”.



viernes, 3 de julio de 2015

HISTORIAS DE TRENES

Las  prisas y el desorden habitual han conseguido que llegue por los pelos a la estación. Mi nombre sonaba por la megafonía, para que de manera inmediata subiera al tren. He sido el último viajero en encaramarse al vagón.  

Así he tenido que sentarme en contra  de la dirección y esto siempre me da ligero dolor de cabeza; largo viaje me espera.

Sin  embargo, hoy casi lo prefiero;  me está permitiendo que vea la ciudad que dejo atrás y me pueda despedir lentamente de ella. Veo las agujas de la catedral en la que tantas horas me he pasado estos meses trabajando. Luce esplendida tras la restauración acometida.

Con la mirada perdida en el infinito, a través del ventanal del vagón, veo los paisajes como el que ve la vida pasar. Pequeñas casas jalonan nuestro viaje, preciosas colinas llenas de ocres colores, propios del otoño que todo lo envuelve.

El tren se detiene. Es un pequeño apeadero de una coqueta aldea.  En el andén, una joven pareja se besa apasionadamente. Mientras ella sube al tren, el llora desconsoladamente por la ya ausencia de su amada. Que tierno cuadro para una despedida, que desgarradora imagen la de una separación no deseada.



El tren de nuevo arranca. Hoy, parece que no soy el único que deja atrás el pasado.

viernes, 29 de mayo de 2015

SOLO ENTRE TANTA GENTE

Solo entre tanta gente. En medio de la multitud el recogimiento el sublime. Parado, quieto, inmóvil, de pies en medio de una calle a otra hora ocupada por el ruidoso trafico capitalino, me sumerjo en los pensamientos más básicos pero esenciales.

El suave terciopelo que acaricia mi cara y que me hace pasar calor y agobio indescriptible, es sin embargo el mejor escudo.

Cada uno lleva las cosas como quiere o puede, yo lo hago en mi verdad, en mi penitencia del sofoco y de no poder ver lo que me gusta, teniendo así las cosas todo el sentido.

Suena a lo lejos el golpeo de un martillo. Dejo que la emoción recargada durante un año de larga espera invada mi alma.

Suenan los primeros aplausos que no son para mi, pero que siento como míos. Y se hace la gloria visible, y se encogen los corazones mas duros.

Y sin darnos cuenta, en un instante precioso y preciso y sin dar tiempo a saborearlo, todo termina y tendremos que volver a esperar un año de recarga.

Foto de Álvaro Gª Fuentes @alvarogafu

viernes, 22 de mayo de 2015

COMO BONNEI Y CLYDE

El calor sofocante, como si fueran las cinco de la tarde del quince de agosto. El ambiente está cargado, casi irrespirable. Para aplacar la tensión, pido al triste abogado de oficio que me han asignado que rebusque en mi ajada americana un cigarrillo que llevarme al pecho, pero ni eso.

Que hubiera pasado si la respuesta hubiera sido no. Cual serian las consecuencias de la irrefrenable locura acontecida en la noche de autos, si la respuesta hubiera sido no. Cual fortuna disfrutaríamos si la respuesta hubiera sido no.

Cruzarse en mi camino ha deparado en el mayor de los acontecimientos de mi vida.

Hoy, aquí y ahora, solo y desarmando, esposado en el banquillo, esperando a ser juzgado, no me arrepiento de lo que hemos conseguido. Mi alma llena de nostalgia y mi cabeza de recuerdos, de momentos en los que nos creímos Bonnie y Clyde, atropellando a balazos la vida.


Que perro se presenta el fututo y como resuena lo bien que susurraba Antonio rasgueando su vieja guitarra:“No creo mas infierno que tu ausencia, paraíso sin ti yo lo rechazo, que ningún juez declare mi inocencia.”