Solo hay dos tipos de almas, las prescindibles y las imprescindibles.
Las primeras, las prescindibles entorpecen el caminar, lastran nuestra existencia, manipulan con egoísmo nuestra vida. No viven, solo sobreviven.
Hoy solo pienso en las segundas, las imprescindibles. Benditas aquellas que se cruzaron en mi camino, y que hoy mejoran mi existencia. Las que no hay que buscar porque siempre están cuando se las necesita. Las que te dicen lo que necesitas oír. Las que de manera incondicional, siempre se ponen de tu parte. Las que el corazón no les cabe en el pecho. Las que viven la vida con pasión abrasadora.
Canija, mi bikote, mi hermana, mi princesa de los ojos tristes, eres imprescindible en mi vida. No la entendería sin ti.
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