martes, 26 de enero de 2010

TRESCIENTOS ÁNGELES

El cambio brusco de la temperatura me ha pillado de improviso.

El aire gélido sonroja mi cara y las orejas, dejadas al descubierto por tamaño corte de pelo perpetrado por el joven aprendiz de peluquero ayer tarde.

La llamada al movil termina por desconcertarme. Sus palabras desgarran mi alma de un plumazo. Brutales y lacerantes. Las lágrimas brota de mis ojos cual manantial renace tras el deshielo invernal.

Me despedí de ellos hace solo tres días. No puedo creerlo. Inaudito, inimaginable, del todo punto inasumible. No solo por la pérdida de tantos años de trabajo y la más que probable desaparición del centro.

Trescientas almas benditas y impolutas de todo mal, sepultadas en diez segundos por las garras del ayer venerado y hoy cruel hormigón.

Trescientos maravillosos seres que nacieron sin nada y hoy han encontrado su fin en lo pretendimos fuera el puente hacia una vida mejor.

Ayer alegría, ruido y risas. Hoy desolación, silencio y pena. Miseria sobre más miseria.

El mundo les condenó y un latigazo de la tierra les ha ajusticiado.

Algo estamos haciendo mal cuando el mismo latigazo en otros lares solo hubiera provocado un susto.

Que Dios se apiade de nosotros.


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En recocimiento de aquellos que han pensado que sus manos pueden ayudar en Haiti. Con el solo pensamiento de querer ir, tenéis ganado mi respeto y admiración.

sábado, 23 de enero de 2010

LA PRINCESA Y EL BUFÓN


Te contaré los avatares vitales de una joven y bella princesa.

Desde niña, pizpireta y despierta. Inteligente y educada en el trato. Y por encima de todo, amiga de sus amigos. Casada en trato paterno, desde muy temprana edad con un noble de rancio linaje mucho mayor que ella y para desventura de el, estéril en el resultado de la búsqueda de vástagos.

Su bandera, siempre caminar por la vida, haciendo de su sonrisa el mejor remedio para la desdicha propia y ajena.

Pero he aquí, que de un tiempo a esta parte, la pena se apoderaba día a día de su corazón, y le estaba borrado la feliz sonrisa que alumbraba cotidianamente su cara. Comenzó a sentirse infeliz, prisionera en cárcel de oro, desdichada cual pájaro enjaulado, y empezó a necesitar la ayuda de sus fieles vasallos, a los cuales antes, ella tanto había cuidado.

Y como imaginarlo. Como calibrar que aquel joven, bufón a ratos, humilde siempre, retorcedor de palabras imposibles, pudiera conseguir robarle el corazón. Pudiera con la sinceridad como argumento, transformar amistad verdadera en pasión abrasadora. Hacerla ver de nuevo la libertad y hacerla sentir por fin la belleza del amor correspondido.

Pero así son los cuentos de princesas. Donde el amor verdadero se sobrepone sobre todas las cosas.

Hoy, sin miedos, sin tapujos, pasean juntos de la mano bajo las estrellas. Y se les ve felices, y les brillan los ojos. Y ella de nuevo sonríe.

Hoy Romeo y Julieta saben que nada puede separarles.
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lunes, 18 de enero de 2010

NO HA SIDO UN DÍA CUALQUIERA

Hoy la vida me ha puesto a prueba. Como un puñal lacerante, su aparición ante mis ojos, consigue hacer estragos en mi alma. Hoy me has hecho sentir como la primera vez que se me precipitó excitado el corazón. Te he sentido cerca. Ver tus brillantes ojos, tus labios carnosos recién pintados, exhalando una respiración entrecortada. Un solo instante ha sido suficiente.

Te acercas despacio, como maniqui de pasarela, me rozas con tu mano y todo se trasforma. Se estremece por completo la existencia peregrina de un alma inquieta, se transforman los sentidos, se tambalean los cimientos más profundos.


Y tras un rato a las puertas del edén añorado, regreso a casa, solo y en silencio. Confundido por no haberme atrevido a dar el paso, por no haberme abalanzado sobre sus labios y besarte.

Escribiré poemas de amor pensando en tu mirada, escucharé tu voz allá donde yo esté vagando y por mi almohada, desearé que vengas a visitarme en sueños.

Has venido a revolver mi alma, y yo me dejo llevar. Ha brotado en mí un torrente inmenso de ganas de sentir.

viernes, 15 de enero de 2010

SALDAR UNA DEUDA

Solo hay dos tipos de almas, las prescindibles y las imprescindibles.

Las primeras, las prescindibles entorpecen el caminar, lastran nuestra existencia, manipulan con egoísmo nuestra vida. No viven, solo sobreviven.

Hoy solo pienso en las segundas, las imprescindibles. Benditas aquellas que se cruzaron en mi camino, y que hoy mejoran mi existencia. Las que no hay que buscar porque siempre están cuando se las necesita. Las que te dicen lo que necesitas oír. Las que de manera incondicional, siempre se ponen de tu parte. Las que el corazón no les cabe en el pecho. Las que viven la vida con pasión abrasadora.

Canija, mi bikote, mi hermana, mi princesa de los ojos tristes, eres imprescindible en mi vida. No la entendería sin ti.

lunes, 11 de enero de 2010

LO QUE SUCEDERÁ MAÑANA

Como la corriente de caudaloso río, todo está cambiando, nada se detiene y siempre hacia delante. Caudal de días en los que estar contento es obligación. Pero es la pena cobijada a hurtadillas la que convive conmigo. Hoy más que nunca, enseña sus garras y sepulta mi alma. Dolor que se agiganta, incrementando su presión sobre mis huesos, mis pensamientos y mis respiraciones. Lo que ayer era blanco, hoy parece negro. Lo que hoy parece negro, mañana será blanco.

Solo rodeado de tanta gente. Ahora que prisionero estoy en el yermo páramo del amor, y que nadie me escolta al despertar, confió de nuevo en que llegara quien vea en mí su otra mitad. La razón se nubla y no creo en más felicidad que en su presencia. Me aferro a pensar que no hay nada mejor que transitar acompañado por los ojos del para siempre. La espera desespera mi existencia y hace errar mis sentidos.



Espero con ansia que mañana el sol que se presente al alba, sea capaz de calentar por fin mi existencia como tanto he deseado. Lo demando y ya si es posible. Vivir el día a día. Cual aventurero, romántico caballero, hoy vivo sin temores, a la espera de lo que sucederá mañana.

Se lo que quiero, se lo que necesito, se donde voy. Pero nadie me acompaña.

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domingo, 3 de enero de 2010

Desvencijada Brújula


Hoy busco consuelo entre estas retorcidas palabras donde agarrarme pueda y así no perder el norte. Sentimientos trasformados en prosa, prosa trasformada en desvencijada brújula, la cual no adivino a creer si en todas las ocasiones marca la senda prometida.

Momentos de consuelo entre palabras ofrecidas al viento, que mata la absurda soledad que me ha abordado en el camino, y que pese a mi empeño por despistarla me sigue cual desesperada enamorada.

Una temporal tregua, me permite abandonarme en los brazos de Morfeo y relajar mi cuerpo y mi mente. En silencio, a oscuras, solo, desnudo y desarmado, cierro los ojos en espera de un mejor mañana.