El sol de un nuevo día inunda de luz la habitación del hotel. Golpea mis ojos cual látigo vengador.
Necesito un café con urgencia. Es palpable la huella de la noche en mi garganta y en mi cabeza, al llamar al servicio de habitaciones. Un café a la 224 pido con la voz maltrecha. Un tremendo dolor de cabeza me hace presente los excesos de la juerga nocturna. Alcohol y tabaco, tabaco y alcohol.
Repaso el estado de las cosas; la ropa tirada por el suelo, no encuentro uno de los zapatos, la televisión encendida en un canal alemán del cual no entiendo ni una sola palabra, los calcetines sucios sobre la mesa.
Es una mañana de contrastes, dolor de cabeza frente la alegría por la fiesta acometida, efervescencia colectiva por ese sol radiante y un sueño que me aturde. De repasar las emociones vividas y de afrontar la soledad padecida en la suite de este hotel.
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y quién no ha tenido una noche así?
ResponderEliminara eso se le llama resaca..jejejeje...
un besote.