Ayer.
Todas y cada una de las cosas que tocas se rompen.
Todos y cada uno de los propósitos que abordas,
encallan en las playas del olvido.
Nada a derechas, nada en su sitio.
Curtido a zarpazos de realidad,
desgarrado por el taciturno e inexorable paso de las horas muertas,
latigazos de penumbra, lacerante existencia.
Todo en gris, con la estancia forzada en el abismo de la amargura,
cruzando extenuado el infinito desierto de la maldita soledad.
Magnifico amanecer. Magnifica tu luz que ha transformado mi futuro.
_
No hay comentarios:
Publicar un comentario