Atardeceres en brazos de Julieta.
Acometer la vida, con su calor como destino,
forjar pilares de amor, elaborados a golpe de pasión,
miradas, de cristal puro infinito,
vehemencia, excitación, atrevimiento,
la sonrisa de un rubor acrisolado,
y al fin, desplegar mis velas enamoradas de su viento.
Hoy retorna la lucha de un gigante,
de un corazón que no deja de latir,
hoy se enerva el alma de este ciego,
hoy mi aliento ya no se deja ir.
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