jueves, 17 de junio de 2010

Y DE REPENTE TÚ

Necesidad imperiosa de calmar la furia. De sacar de las entrañas insondables del sinsentido, todo lo oscuro. Golpeado como cáscara de nuez en océano infinito, forjador y dueño de la textura de las nubes. Frágil, desnudo y desarmado.

Y de repente tú.

Con los ojos del para siempre. Con la sonrisa perpetua como premisa inalterable. Isla de paz, edén prometido. Y mi vida entera se trasforma.

Como podría yo explicárselo al común de los mortales. Un libro abierto es hoy mi corazón, sabiendo cierto que cada día soy yo a quien tú esperas.

Mi alma entera yo te entrego, porque no tengo dudas.



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